Nuestra biblioteca de San Valentín |
Libros muy románticos están esperándote |
La semana pasada os recomendábamos novelas y películas románticas, dejando para una próxima entrega la poesía, las cartas y el teatro porque las recomendaciones estarían incompletas sino incluyéramos estos géneros, ya que el tema amoroso siempre ha estado muy ligado a la poesía y al género epistolar. Además en el mundo teatral tenemos a uno de los grandes escritores del amor, William Shakespeare. Por eso, aquí van nuestras recomendaciones:
En ÁMBITO POÉTICO, podéis conocer los mejores poemas escritos en lengua castellana desde las jarchas hasta la época actual pinchando en Poemas de amor para el día de San Valentín
No os perdáis las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, poeta romántico, iniciador de la lírica moderna, que expresó sus sentimientos amorosos en poemas breves, melódicos y de gran intensidad lírica. Podéis leer las Rimas de Bécquer pinchando en este enlace.
Podrá nublarse el
sol eternamente;
Podrá secarse en un
instante el mar;
Podrá romperse el
eje de la tierra
Como un débil
cristal.
¡todo sucederá!
Podrá la muerte
Cubrirme con su
fúnebre crespón;
Pero jamás en mí
podrá apagarse
La llama de tu amor.
También os recomiendo la poesía de tres grandes poetas del amor: el chileno Pablo Neruda y los españoles Pedro Salinas y Vicente Aleixandre. Grandiosa poesía amorosa la de Pablo Neruda con sus obras Veinte Poemas de amor y una canción desesperada o Cien sonetos de amor.Podéis leerlos en Biblioteca Ciudad Seva. Os dejo uno de ellos:
Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.
Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,
todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.
Pedro Salinas, poeta madrileño que concebía el amor como una fuerza que da plenitud a la vida y sentido al mundo, ya que nos enriquecemos gracias a la persona amada. Sus obras maestras son La voz a ti debida en la que nos muestra una visión vitalista del amor ("¡Qué alegría vivir/sintiéndome vivido...") y Razón de amor, obra en la que aparece a veces un tono más grave y desencantado del amor.
Ayer te besé en los
labios.
Te besé en los
labios. Densos,
rojos. Fue un beso
tan corto,
que duró más que un
relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para
nada ya,
para nada
lo había querido
antes.
Se empezó, se acabó
en él.
Hoy estoy besando un
beso;
estoy solo con mis
labios.
Los pongo
no en tu boca, no,
ya no...
-¿Adónde se me ha
escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas
juntas
del beso que se
besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que
la luz.
Porque ya no es una
carne
ni una boca lo que
beso,
que se escapa, que
me huye.
No.
Te estoy besando más
lejos.
Y, Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura, tiene un poemario La destrucción o el amor en el que la pasión amorosa es una fuerza arrolladora, panteísta que se identifica con la muerte. Son poemas surrealistas de gran fuerza lírica como el que os dejo a continuación:
Cuerpo feliz que
fluye entre mis manos,
rostro amado donde
contemplo el mundo,
donde graciosos
pájaros se copian fugitivos,
volando a la región
donde nada se olvida.
Tu forma externa,
diamante o rubí duro,
brillo de un sol que
entre mis manos deslumbra,
cráter que me
convoca con su música íntima, con esa
indescifrable
llamada de tus dientes.
Muero porque me
arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir
en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el
caliente aliento
que si me acerco
quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire,
teñido del amor,
enrojecido el rostro
por tu purpúrea vida,
deja que mire el
hondo clamor de tus entrañas
donde muero y
renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la
muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu
sangre, esa lava rugiente
que regando
encerrada bellos miembros extremos
siente así los
hermosos límites de la vida.
Este beso en tus
labios como una lenta espina,
como un mar que voló
hecho un espejo,
como el brillo de un
ala,
es todavía unas
manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la
luz vengadora,
luz o espada mortal
que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá
destruir la unidad de este mundo.
También os aconsejo la lectura de la antología de SM, De todo corazón.111 poemas de amor, colección de poemas de distintos autores y épocas dirigidos al público juvenil con ilustraciones de Ágatha Ruiz de la Prada.
En el GÉNERO EPISTOLAR, nuevamente os tengo que recomendar a Neruda con sus Cartas de amor, podrás conocer algunas de ellas pinchando aquí.
Pablo Neruda y Matilde Urrutia |
Y no os perdáis las exquisitas cartas de amor que Pedro Salinas escribió a Catherine Whitmore, profesora norteamericana de Literatura Española de la que se enamoró en Madrid durante un curso de verano en 1932. Fue un amor clandestino y lleno de dificultades, él estaba casado y tenía dos hijos, pero a Salinas le causó gran conmoción, aportándole una inspiración y una creatividad tan inimaginable que estuvo enamorado de ella hasta el final:
Carta 2 (Madrid,
2 de agosto de 1932)
Tu ausencia era la
mayor presencia de la clase ayer. No estando la llenabas toda.
Carta 55 (Madrid, 19
de enero de 1933 )
Todo, ternura,
paciencia, destreza, todo lo empleaste. Tu eres la autora de nuestro amor.
Bendito sea lo que me permitió, entre tantas cosas tristes, vulgares, pobres,
usuales, feas, necesarias como hay en la vida conocer tu alma incomparable,
sentirla a mi lado.
Carta 4 (Madrid, 7
de agosto de 1932)
A veces surge la
pregunta angustiosa. ¿Me estará olvidando, ahora, ahora, en este instante?
Perdona, perdona, esta carta absurda, excesiva, tan mía. Que rompa en ti como
el mar en la arena, suavemente, sin violencia, que al llegar a ti, tu divina
naturaleza equilibrada la convierta en caricia y no en queja.
Carta 11 (17? de
agosto de 1932)
Dime, en verdad
pura, con sinceridad absoluta, ¿no te gusta como te quiero? No, no puedo poner
límites, barreras, discurrir, reaccionar, no. ¡Vértigo, pasión, fuerza
arrebatadora, sensación de cosa leve arrastrada por un poder indomable, que es,
al mismo tiempo, la propia voluntad! ¿Me querías más tranquilo, más
equilibrado, plus sage? Imposible. El encuentro contigo me ha lanzado al mundo
otra vez.
Y, por último, en el PANORAMA TEATRAL, una de las grandes obras románticas es el Don Juan Tenorio, de Zorrilla, obra en la que el pecador don Juan acabará redimido gracias a la intercesión de su ángel de amor, la monja doña Inés. Una bella historia de amor y de conversión que se ha erigido en todo un clásico del género.
Y si hablamos de clásicos no debemos olvidarnos de Cyrano de Bergerac, de Edmond Ronstand, la historia de Cyrano que no se atreve a declararse a su prima Roxane debido a que teme ser rechazado por un defecto físico, su descomunal nariz. Generoso y resignado, Cyrano escribirá cartas de amor para que su amigo enamore a Roxane. De la obra hay varias adaptaciones cinematográficas, os dejo la versión protagonizada por Gérard Depardieu:
Finalizamos esta entrada con un broche de oro, William Shakespeare, autor que supo indagar como nadie en las pasiones y sentimientos humanos. Su obra más conocida, Romeo y Julieta es una historia de amor trágico en la que dos adolescentes de familias rivales se enamoran y tendrán que luchar por su amor en ese ambiente de rencores y odios.
¡Amigo, señor, dueño mío! ¿así me dejas?
Necesito nuevas
tuyas a cada instante del día, pues que muchos días hay en cada minuto. ¡Oh!
Por esta cuenta, muchos años pesarán sobre mí cuando vuelva a ver a mi Romeo.
ROMEO
Adiós; en cuantas ocasiones haya, amada mía,
te enviaré mis recuerdos.
Una versión cinematográfica en torno al argumento de la obra, la representación de la misma y la figura de Shakespeare la tenéis en Shakespeare in love, de la que os dejo el siguiente vídeo:
También os recomiendo las obras de Shakespeare El sueño de una noche de verano, comedia de enredos sentimentales en las que pululan hadas y duendes y Mucho ruido y pocas nueces que demuestra que los amores reñidos son los más queridos. De ambas comedias se han realizado adaptaciones cinematográficas. Tenéis a continuación el trailer de la segunda:
Os recuerdo que próximamente conoceremos al ganador del concurso literario de San Valentín. Os mantendremos informados en próximas entradas.
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